
Sus inicios
La historia del anime, el género de animación de origen japonés, comienza en la segunda década del siglo XX, con una serie de cortometrajes similares a los encontrados en otros países, influenciados por las obras de Disney en gran parte.
Algún tiempo tras la Segunda Guerra Mundial, empezaron a surgir grandes compañías dedicadas tanto a las series televisivas como a los largometrajes, entre las que destaca Toei.
Aunque muchas siguieron en activo en las últimas década del siglo XX, y siguen al principio del siglo XXI, una serie de directores y creadores de historias han alcanzado renombre propio en este género, bien por obras de gran fama, comoKatsuhiro Ōtomo con Akira o Akira Toriyama con Dragon Ball, como por sus largas y premiadas trayectorias, como Hayao Miyazaki.

Primeros adelantos técnicos
Fotograma de la película de 1933Chikara to onna no yo no naka, la primera película de animación japonesa sonora.
Normalmente el trabajo de animación era muy laborioso. La empresa Yokohama Cinema Shokai se adelantó a sus competidores al comprar una nueva cámara de motor automático que no requería mover una manivela, lo cual permitía acelerar el trabajo. La primera película rodada con esta cámara fue Kaeru wa kaeru —literalmente Una rana es una rana, 1929—, encargada nuevamente a Yasuji Murata.
Para el cine de animación, el celuloide es un material indispensable, pero enJapón no se fabricaba. El celuloide comenzó a distribuirse con profusión enEstados Unidos a finales de 1914 con los trabajos de Earl Hurd, quien además lo patentó. Como producto de importación, el celuloide era muy caro en Japón, por lo que en su lugar se empleaba una especie de cartulina sobre la que se dibujaban los personajes, que luego se recortaban y fotografiaban —animación con recortes—. Murata era un maestro de esta técnica y no tenía nada que envidiar a sus competidores que usaban celuloide. Como título más representativo de animación con recortes destaca su [[Tsuki no miya no Oujo-sama] —literalmente La reina del Castillo de la Luna, 1934—.

II Guerra Mundial
Momotarō, dios de las olas, el primer largometraje de anime con audio realizado en 1943.
En 1933, Mitsuyo Seo es contratado por los estudios de Kenzō Masaoka. Seo era un dibujante que destacó pronto por la gran rapidez con que realizaba su trabajo, que fue decisiva en la anteriormente citada Chikara to onna no yo no naka. Seo, que aprendió la técnica de sonorización de Masaoka, pronto se independizó. Su primera película fue Osaru no Sankichi bokusen —literalmente Sankichi el mono. Defensa antiaérea, 1933—, que recibió muy buenas críticas.
El 7 de diciembre de 1941 Japón ataca la base estadounidense de Pearl Harbour, comenzando su participación en la II Guerra Mundial. Entonces, laArmada Imperial encargó a Seo una película de propaganda que realzara los éxitos militares del Japón a los más jóvenes. Así, con un equipo de cinco personas, Seo realizó la película de dibujos animados Momotarō no Umiwashi —literalmente Las águilas marinas de Momotarō, 1942—, de 37 minutos de duración, que a pesar de su descarado carácter propagandístico, tuvo gran éxito entre el público infantil. La película la protagoniza el personaje de los cuentos infantiles Momotarō, capitán de un portaaviones, y por perros, monos y perdices que eran los pilotos de aviación. La flota enemiga es dirigida por un personaje de gran parecido con Bluto, antagonista dePopeye, que se dedica a correr de un lado para otro huyendo de los ataques japoneses.
Seo entró a formar parte de la Shochiku Doga Kenkyusho, donde también trabajaba Kenzō Masaoka, y allí vuelve a recibir un encargo de la Armada. En enero de 1942, el Cuerpo de Paracaidistas de la Armada había descendido sobre la isla de Sulawesi —Indonesia—, conquistando la base americana, así que se decidió airear también este primer éxito del cuerpo ante los niños japoneses con otra película de dibujos. De esta manera se gestó la realización de Momotarō - Umi no Shinpei —Momotarō, dios de las olas, 1943—, con un equipo de 70 personas, el mayor hasta entonces en la historia de la animación, y un tiempo total de elaboración de 14 meses. Finalmente se consiguió toda una superproducción de 74 minutos de duración, aunque el equipo se había reducido a 25 personas por haber sido llamado a filas parte del personal masculino y a las fábricas de armamento el femenino. Terminada la guerra, Seo realizó en 1947 Ōsama no shippo —literalmente La cola del rey—, vagamente inspirada en el famoso cuento de Hans Christian Andersen El traje nuevo del emperador, pero la película no se llegó a estrenar. Después de esto, Seo dejó el cine y se dedicó a dibujar para las revistas de niños, o a diseñar personajes para adornar la ropa infantil.

Bunraku
Fotograma de Saikaku Ichidai Onna(1952) en el que se ve una de estas marionetas del bunraku.Kihachirō Kawamoto en 2006 junto a una marioneta del género.
En Japón existe un teatro tradicional de muñecos llamado bunraku, que todavía se representa de vez en cuando. En el cine de animación existe también la variante de películas de marionetas, cuyo exponente más conocido está en la cinematografía checa. Tadahito Mochinaga (1919-1999) fue el primero en producir animación basada en el bunraku, y enseñó esta técnica para el cine de animación a los realizadores chinos. Mochinaga, discípulo de Mitsuyo Seo, había sido encargado de realizar películas en China durante la guerra, y permaneció allí hasta 1955. Al regresar a Japón formó la Ningyo Eiga Seisakusha, dedicada al cine de marionetas y que ofreció nueve títulos, de los cuales destacan Uriko-hime to amanojaku —literalmente La princesa Uriko y el diablo rabioso, 1956— yChibikuro Sambo no tora taiji —El negrito Sambo vence al tigre, 1956—. Este último consiguió el premio a la mejor película infantil en el Festival de Cine de Vancouver.
Como discípulos más aventajados de Tadahito Mochinaga en el cine de marionetas destacaron Kihachirō Kawamoto (1924) y Tadanari Okamoto (1932-1990). Kawamoto, tras una etapa trabajando con Mochinaga, viajó aChecoslovaquia en 1963 para conocer a su admirado Jiří Trnka (1912-1969), gracias al cual perfeccionó la técnica de animación de marionetas. De vuelta a Japón realizó con producción propia títulos de esta modalidad como Hanaori —literalmente La flor arrancada, 1968—, Oni —literalmente El demonio, 1972—,Dōjōji —literalmente El templo de Dojo, 1976— y Kataku —1979—, en su mayor parte basados en piezas tradicionales del teatro Nō o el Kyōgen.
Kawamoto consiguió varios premios en festivales internacionales, por lo que dio su nombre a conocer en el extranjero. Tadanari Okamoto, que aprendió también la técnica de Mochinaga, se independizó para formar la Eko sha, dedicada al público infantil. Sus trabajos más representativos fueron Fushigi na Kusuri —literalmente Un medicamento extraño, 1965—, Home my home —1970—, Chiko tan —1971— y Okon joruri —1982—.

Series para televisión
La primera serie de televisión de la animación nipona fue Astroboy.
La siguiente realización de Mushi Production fue una serie para la pequeña pantalla. La televisión comenzó sus emisiones en Japón en 1953, y las primeras muestras de animación que se televisaron procedían de Estados Unidos, con gran popularidad entre el público infantil. Toei Doga también se planteó la posibilidad de crear series de dibujos para la televisión, pero una entrega por semana suponía un trabajo demasiado pesado para ser rentable, por lo que abandonó la idea. En cambio, Tezuka, al frente de Mushi Production, decidió afrontar el reto que ello suponía, naciendo así la primera serie de la animación japonesa, con entregas semanales de 30 minutos.
El tema elegido fue el personaje de manga que el propio Tezuka había creado para aparecer periódicamente en una revista shōnen, el robot Tetsuwan Atomu, conocido en occidente como Astroboy. El laborioso trabajo que suponía hacer cuatro entregas mensuales se llevó a cabo por el sistema de animación limitada, que empleaba la menor cantidad posible de celuloide. En enero de 1963 se empieza a emitir la serie, que se ganó enseguida la aceptación infantil, llegando hasta un tercio de la audiencia. Tras ello, Toei Doga decide aprovechar el fenómeno y en noviembre del mismo año produceŌkami shōnen Ken —literalmente Ken, el niño lobo, Sadao Tsukioka—, según una historia original que en cierto modo se acercaba a la de El libro de la selva de Rudyard Kipling.
Otra de las obras más conocidas de Tezuka es Janguru Taitei —literalmente El imperio de la jungla, 1966—, y la primera del medio que utiliza el color. Sin embargo, en aquella época la televisión en color era un lujo que pocos podían permitirse, por lo que la mayor parte de los niños tuvo que verla en blanco y negro.
Estas obras de Mushi Production para televisión consiguieron exportarse a Estados Unidos, donde Tetsuwan Atomu fue rebautizada como Astroboy y Janguru Taitei como Kimba, El León Blanco, nombres con que más tarde saltarían aEuropa.

Los robots gigantes
Las series de robots gigantes consagraron un género propio, elmecha.
Gracias al éxito de las series de televisión de Mushi Production y Toei Doga, surgió la competencia por parte de otras productoras. Cualquier género era susceptible de ser usado: deportes, fantasía, aventuras, series para chicos y para chicas... Al igual que Astroboy, muchas de estas series se emitieron en el extranjero. En la década de los 60 comenzó el tema de los robots gigantes con el anime en blanco y negro Tetsujin 28-gō —exportada como Gigantor—, de la productora Tele-Cartoon Japan —Eiken en la actualidad—, basado en el manga homónimo de Mitsuteru Yokoyama. Sin embargo, no fue hasta principios de losaños 70 cuando comenzó el auge de las series de robots gigantes con aMazinger Z, basada en los personajes creados por Gō Nagai, a la que seguirían varias imitaciones. Parte de estas series se exportaron, pero algunas de ellas resultaron problemáticas en países como Francia o Filipinas.
También hubo series de carácter educativo basadas en la literatura occidental, algunas mundialmente famosas como Heidi (1974), El perro de Flandes (1975) oMarco, de los Apeninos a los Andes (1976). De éstas, Heidi fue dirigida principalmente por Isao Takahata, mientras que el diseño y paisajes de las escenas corrió a cargo de Hayao Miyazaki. Incluso viajaron a Suiza para buscar paisajes reales que luego pudieran utilizar. La serie se emitió en Italia en 1976, pero muchos pensaron que se trataba de una serie italiana y no japonesa.
Fue gracias a la serie Uchū Senkan Yamato —exportada como Space Battleship Yamato o Star Blazers, 1974— la animación japonesa llegó a ser reconocida. En su primera retransmisión no consiguió una repercusión destacada, pero sí en su segundo pase, y a partir de que se efectuase un remontaje para su exhibición en salas cinematográficas, que provocó que los jóvenes hicieran cola ante los cines desde la noche anterior al estreno, fue recogido por todos los periódicos del momento como fenómeno sociológico. El creador de los personajes de esta serie fue Leiji Matsumoto, y gracias al éxito de Uchū Senkan Yamato, otras de sus obras fueron adaptadas a la pantalla. De éstas, la más popular fueGalaxy Express 999, cuyas adaptaciones para el cine, realizadas por Rintaro, comenzaron a estrenarse en 1979.
En 1979 se emitió la serie de robots gigantes Mobile Suit Gundam de Yoshiyuki Tomino (1941), pero no consiguió gran audiencia. No obstante, la alcanzó en su segunda emisión, llegando también a montarse ediciones especiales para su estreno en salas de cines (7 películas entre el año 1981 y el 2002). De la saga Gundam se emitieron hasta seis series distintas. Se vendieron perfectamente todo tipo de juguetes y reproducciones de robots inspirados en Gundam.
El formato OVA
El formato OVA (Original Video Animation) tuvo su punto álgido a comienzos de la década de los 80. Se trata de producciones lanzadas directamente al ámbito doméstico, sin haber sido emitida previamente por televisión o estrenada en cines. La mayor calidad de estas producciones, junto con la situación económica de Japón, hizo que este formato compitiera con las series televisivas que los seguidores del género se daban el lujo de comprar.
El primer OVA fue el de Dallos realizado en diciembre de 1983. Era un anime de ciencia ficción que fue fruto del pionero esfuerzo del estudio Pierrot, que se aventuró en este nuevo y desconocido mercado.
Series como Dragon Ball, Los Caballeros del Zodíaco o Sailor Moontuvieron un gran éxito en lugares de todo el mundo.
Finales del siglo XX
Las décadas de los 80 y 90 trajeron coincidencias con la irrupción a gran escala del anime en occidente, entre cuyos principales exponentes estuvieron series como Doraemon, basada en el manga de Fujiko F Fujio; Hokuto no Ken, basada en el manga homónimo de Buronson y Tetsuo Hara; Dragon Ball, basada en el manga homónimo de Akira Toriyama; Saint Seiya, exportada como Los Caballeros del Zodiaco;' Capitán Tsubasa, conocida en el mundo hispano comoOliver y Benji o Supercampeones; Rurouni Kenshin, que fue titulada El guerrero samurái o Samurái X; Digimon; Pokémon, Slayers, más conocida en el mundo hispano como Rina y Gaudi o Justicieros; Neon Genesis Evangelion, del directorHideaki Anno; Marmalade Boy o Kimagure Orange Road o Ranma 1/2 deRumiko.
Estas permitieron el redescubrimiento del anime en occidente y que en muchos países se abriera el camino a la creación de culturas otakus propias. Además, permitió la masificación de las chicas mágicas que protagonizaban animes comoSailor Moon y Magic Knight Rayearth.